Notas y articulos periodisticos


Luis Castillo
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¿Como definirías este nuevo trabajo que estás lanzando?
 Se trata de una novela que condensa el horror, la esperanza, la locura, las vicisitudes, de personas comunes; en este caso tres prostitutas y un joven periodista, en el contexto de un país al que parecen desconocer como propio. Un golpe de estado es algo tan fuerte como para afectar a quienes ni siquiera pueden comprender ”qué” es un golpe de estado. En el caso de las protagonistas de esta novela, ellas lo único que saben (de tanto no saber) es que de la noche a la mañana les cerraron el prostíbulo en donde trabajaban y están en la calle. Un periodista que huye al exilio. La hipocresía. Los prejuicios. La violencia. El dolor. Son temas que van surgiendo casi como una necesidad para tratar de explicar lo que no se comprende. Pero con el componente imprescindible del humor, tan necesario para la supervivencia del espíritu como el agua o el aire lo son para el cuerpo. Un poco como se planteaba en la película “La vida es bella”, el humor como un bálsamo ante el horror.

 ¿Esta es una propuesta diferente a tus anteriores trabajos?
Creo que es diferente apenas en cuanto a la forma de narrar. El cuento, por su misma estructura, debe ser más o menos breve, conciso; la novela nos permite conocer más los personajes, sus historias; da lugar al narrador a entrometerse y opinar, exponer sus ideas, a veces contradictorias con los propios personajes. Pero en cuanto a la temática los temas que me persiguen permanentemente están presentes también aquí: la discriminación, la incomprensión, la violencia en todas sus formas.

¿El nombre es tan fuerte como contundente, es una señal de lo que propone la novela?
La idea es que, en cierta forma, preanuncie que vamos a llamar las cosas por su nombre y que es, curiosamente, lo que tantas veces pensamos pero a la hora de decirlo lo disfrazamos de frases “políticamente correctas” o de eufemismos, o lisa y llanamente  de hipocresía. Las historias personales de cada uno de los protagonistas son terribles,    ¿tiene sentido disfrazarlas?

 ¿Antonio Dalmasetto realizó una muy buena crítica de la obra, esto marca el camino de una exitosa propuesta?
Sin dudas el haber recibido críticas tan elogiosas de una de las letras más importantes de la argentina contemporánea es algo que me llena de orgullo, pero también de responsabilidad ante lo que viene después. De todos modos tengo en claro que mi vida como escritor esta supeditada a lo que tenga para decir. Cuando sienta que ya lo dije todo no quisiera repetirme, sino dar dignamente por finalizada mi carrera en ese sentido. Que eso dependa de un cuento más, una novela más o cien no lo sé. Pero sí siento el compromiso de cuidar mucho de lo que escribo para ser coherente y consecuente conmigo mismo.

 ¿Cómo vas a presentar el libro, como va ser esa noche?
Los presentadores son dos maravillosos escritores y amigos como Susana Lizzi y Darío Carrazza, musicalmente nos van a acompañar músicos de fuste como Nene Bredle, David Fernadez y Néstor Díaz pero no como recital sino apenas dando un marco musical que nos permita transportarnos a los años ´70 cuando junto con el golpe de estado comienza la novela.

Un detalle que no es menor es que esta va a ser la primera novela que se edita simultáneamente en Braille, por lo que invitamos y accedió generosamente a acompañarnos esa noche la directora de la Biblioteca Argentina de Ciegos (BAC). Estamos trabajando para que esto sea un puntapié inicial que permita que obras de autores entrerrianos contemporáneos puedan estar disponibles para una gran cantidad de personas ciegas –que lamentablemente no son tan pocas como se cree- y por otra parte hacer un aporte para que la inclusión social no sea sólo una palabra que queda bien en los slogans de campaña sino que sea una realidad. Sabemos que desde hace tiempo algunas ediciones se acompañan de disco/libros pero mi propuesta es que no escuchen un cuento, una poesía, una novela, sino que lo “lean” y que, a través de sus manos lectoras, las voces y los sonidos surjan desde sus almas y no desde un reproductor de música.


 Diario Analisis Digital. Paraná. Entre Ríos.

 Diario El Argentino

 Entrevistas
07/01/11 |Héctor Luis Castillo nació el 23 de mayo de 1959 en San Miguel de Tucumán. Es el segundo de los tres hijos que tuvieron Héctor Cilenio y Flora.
Por Nahuel Maciel
Fotografías Ricardo Santellán
EL ARGENTINO ©

Con cuatro hijos: Alejandro, Juan Pablo, Agustina y Julieta, Castillo es un reconocido escritor de la ciudad y además ejerce la profesión de médico.
El 10 de diciembre pasado presentó su última novela “4 putas peregrinas” (Proa Amerian Editores). Su primer poemario vio la luz en 1988 bajo el título “El asilo del Minotauro” y su producción se puede leer en diversos trabajos tanto en poesía como en cuentos.
Una vez radicado en Gualeguaychú, se relacionó rápidamente con el mundo creativo y al respecto le confesará a EL ARGENTINO que: “Jamás me sentí ni me hicieron sentir un forastero sino todo lo contrario… eso me genera una eterna gratitud y un sentido de pertenencia innegociable”.
Castillo dialogó con EL ARGENTINO en diciembre del año pasado, poco antes de las tradicionales fiestas y reflejó –como un elogio y un reconocimiento- la innegociable búsqueda de libertad, el intenso movimiento cultural que existe en la ciudad y que la distingue más allá de las fronteras e incluso de los obstáculos del mercado.
Sus primeros años en Buenos Aires y en las letras pero también sus primeros años y el descubrimiento de la militancia, esa necesidad de verdad, justicia y libertad; también sus inicios en la Ciudad de los Poetas y una mirada final que es al mismo tiempo una advertencia y una propuesta vinculada con el río. Todo eso fue parte del diálogo que ofreció este tucumano con fértiles raíces en Gualeguaychú. Él lo sintetizó mejor cuando pensó en voz alta, casi a manera de propuesta: “Tenemos que liberar del olvido a los artistas para recuperar la cultura y nuestra identidad”.
-De Tucumán a Buenos Aires y de allí a Entre Ríos. ¿Cómo fue ese tránsito?
-Hice hasta tercer año de la secundaria en Tucumán y más o menos en 1974 me fui a estudiar a Buenos Aires y finalmente me recibo de médico en 1982. Los dos colegios de la secundaria (“El Roca” y “El Belgrano”) fueron dos de los primeros colegios tomados por los estudiantes. Había mucha turbulencia política.-¿Participaba de esos movimientos políticos?
-Participaba escribiendo. Inclusive en quinto año en el Colegio Manuel Belgrano teníamos un boletín que se llamaba “El Tizazo” y era, obviamente, una publicación clandestina. Y si bien éramos jóvenes, muchachos adolescentes, comprendíamos lo que nos podía llegar a costar escribir, y encima en la clandestinidad. Por ejemplo, de mi promoción de la secundaria tengo ocho compañeros desaparecidos por la dictadura militar. Lo que quiero decir es que termino la secundaria en un clima muy intenso desde lo político, un clima de movilización. Había, claro está, compañeros que estaban mucho más comprometidos. En comparación yo era muy pichón e incluso hasta más ingenuo. De todos modos, nos dábamos cuenta que había cosas que no funcionaban y había que cambiarlas. Afortunadamente los jóvenes de hoy no han tenido que pasar por una dictadura militar y pueden crecer en un clima de libertad sin temores. Eso hay que valorarlo como la vida misma.
-Se puede decir que termina la secundaria en un proceso pleno de descubrimiento…
-Totalmente y en todo sentido. Y con respecto a la escritura ya lo venía haciendo desde hacía un buen tiempo. Me surge el recuerdo de mi madre, que viajando en colectivo en Buenos Aires se encuentra por azar o esas cosas del destino, con un hombre que iba sentado a su lado. Ella iba leyendo unas poesías mías y este hombre las leía de reojo por encima del hombro de mi madre. Y le pregunta quién había escrito esas poesías. Mi madre le dice que eran mías, que era su hijo y que tenía 13-14 años de edad. El hombre le pide leerlas y luego le pide a mi madre que yo lo vaya a ver a su trabajo.-¿Quién era ese hombre del colectivo?
-Era el director de la Biblioteca Nacional de Maestros. Bueno, el asunto que lo voy a ver a su despacho, que estaba en el Palacio Pizzurno. Recuerdo que era un despacho muy amplio, enorme. Me sentí aún más pequeño frente a ese ambiente de palacio. Me senté frente a él y le extendí mi carpeta con los escritos. Me pidió que las leyera y comencé a leer mis poesías. Luego me presenta a otra persona que trabajaba con él, y además trabajaba en la parte literaria del diario La Nación. Me pidió que le llevara también los escritos, pero nunca me animé. -Las cosas que no se hicieron también merecerían algún día ser contadas, aunque quedará para otra oportunidad. ¿Qué más recuerda de ese día, en medio de ese salón gigantesco, siendo un adolescente leyendo poesías a hombres adultos?
-Sentía que todo era demasiado bueno como para ser cierto. Tengo presente otro recuerdo fuerte. Cuando estaba leyendo en ese lugar, ingresa Fermín Gutiérrez, que me quedé asombrado porque era el mismo hombre que yo estaba estudiando y leyendo. Me pareció increíble que ese autor tan entrañable, que lo estaba leyendo, se apareciera de pronto de la nada y fuera de carne y hueso.-Siempre fue la poesía…
-No. Incursioné en la historieta, género literario al que le tengo un profundo agradecimiento. Con un compañero de la secundaria, que era un dibujante excelente, comenzamos a crear algunas historietas. Así, por esas cosas de la vida, nos contactamos con Gustavo Trigo y también por esas cosas de la vida, terminamos los tres viviendo en el mismo edificio. Trigo se va a vivir a Italia, mi compañero de secundaria también se va a Europa y terminó como jefe de Arte del diario español ABC. Y es actualmente considerado como uno de los padres de la infografía.-¿Se refiere a Fernando González Rubio?
-Exactamente. Fernando ingresa a trabajar al diario ABC cuando secuestran a Oberdan Sallustro, presidente de la Fiat. Les había llevado el secuestro narrado en historieta y a los del diario le gustó tanto que le ofrecieron trabajo casi de inmediato. Lamentablemente falleció en el 2009, pero por suerte le están haciendo homenajes y tributos en casi toda Europa, porque es considerado uno de los padres de la infografía. Es más, dos o tres meses antes de morirse, me dejó un mensaje en mi Facebook donde me comenta que tenía ganas de digitalizar las historietas que habíamos creado de jóvenes y publicarlas en alguna parte. Pero por un tumor en el cerebro se murió en un par de meses y antes de cumplir ese deseo. En fin, con la historieta tuve y tengo una gran relación y siento que ella tiene una gran influencia en mí.-¿Cómo llega a Gualeguaychú?
-Mi hermano trabajaba en un tambo en Vivoratá, que queda en el partido de Mar Chiquita, cerca de Mar del Plata. El dueño de ese tambo había comprado un campo en El Potrero y lo traen para organizar todo el tema de las instalaciones. Así mi hermano se radica en Gualeguaychú. Lo vine a visitar para un Fin de Año y justo en ese momento estaba el Carnaval y me enamoré tanto de esa fiesta como de la ciudad. En esos años yo trabajaba como médico en el Hospital Ferroviario, pero en esa visita -que fue en 1983- decidí radicarme en Gualeguaychú.-1983 también fue un año de muchos cambios…
-Fue un año histórico por la recuperación de la Democracia y en lo personal porque cambiaba de rumbo y me radicaba en Gualeguaychú. Aquí en la ciudad comienzo a militar en el radicalismo. Además fueron años de mucha energía joven, vital. Hay que recordar los centros de estudiantes, la movida de Franja Morada en las universidades. Lo que era el Partido Intransigente con Oscar “El Bisonte” Allende, hablando a los jóvenes, contagiando vida y valores. La movida cultural era muy intensa y productiva. Luego vinieron los años ´90 que destruyó no sólo la economía sino también a la cultura y fue muy nefasto para la educación y para todos. Por suerte en la actualidad comienza a recuperarse aquel espíritu creador y movilizador e incluso hay más necesidades de lo colectivo y armónico. Lo veo en uno de mis hijos, que está terminando la carrera de Sociología y está fascinado por la política.

-Si se habla de escritura es evidente que se debe abordar la lectura…
-Siempre en mi casa hubo libros y al alcance de la mano. Había muchas enciclopedias y por supuesto la literatura clásica que era de cabecera, además de una influencia personal que tuve con el mundo de la historieta. La lectura siempre está presente y uno podría repasar casi una biblioteca completa sobre este tema.-¿Recuerda los primeros inicios en la Ciudad de los Poetas?
-Como médico me inicié en el Sanatorio Gualeguaychú. Pero desde que llegué me relacioné con los artistas locales. Lo conocí a Néstor Díaz y Pablo Urriste que tenían el dúo Imagen. Eran muy jóvenes y ya se expresaban con un talento enorme. Tengo la convicción de que tenemos que liberar del olvido a los artistas para recuperar la cultura y nuestra identidad. En un libro que estoy trabajando hago hincapié en esa tesis. El libro se llamará “Tributo”. Tengo muchas horas de grabación con el Nene Bredley, David Fernández, el “Flaco” Faiat y Eduardo Goncebat. Durante muchas horas hice lo que estamos haciendo ahora: poner un grabador y que afloren los recuerdos. Con “Tributo” nos pasó algo de lo que hemos hablado recién. Notamos que ellos hablaron con mucha pasión de las décadas del ´60 y del ´70, pero cuando debieron reflejar los años ´80 y ´90 se produjo un silencio terrible. Y ese silencio expresa cómo impactó negativamente en la cultura popular la dictadura militar. Y además el silencio tuvo su lógica porque la música que a ellos les gustaba estaba prohibida, no había espacios y encima podías perder la vida tan sólo por cantar una canción.-Cuando se repasa que debía esconderse en un galpón ubicado en un lugar recóndito para escuchar una canción, es inevitable pensar en lo terrible que fue para la cultura esos años negros.
-Tal cual. Por eso insisto que afortunadamente hoy los jóvenes viven, crecen y se desarrollan en un clima de libertad y eso hay que valorarlo casi como un Don. Es un logro. De todos modos, cuando me radico en Gualeguaychú rápidamente me integro a los movimientos artísticos. Algo curioso si se quiere, jamás me sentí ni me hicieron sentir un forastero sino todo lo contrario… eso me genera una eterna gratitud y un sentido de pertenencia innegociable. Es más, hoy por hoy –y sin traicionar mis raíces- me siento más entrerriano que tucumano, tal vez porque es muy fuerte el hecho de que mis hijos nacieron aquí. Me gusta pensar las raíces también por las de mis hijos y no solamente por las de mis mayores.-Cuente un poco el proceso de integración que hace con el movimiento cultural de la ciudad de aquellos años…
-Me incorporo al grupo Gente de Letras, que fue muy decisivo. Me había llamado la atención que una ciudad relativamente pequeña tuviera tanta producción artística y de muy buena calidad. Pocas ciudades tienen tantos poetas y escritores, tantos artistas plásticos y músicos, tanta gente que hace teatro y encima todos con muy buenas creaciones y un talento enorme que parece inagotable. El movimiento cultural de la ciudad es casi como una escuela de arte. Además, cada grupo de artista vive lo que hacen y eso es muy gratificante. Y con Gente de Letras hicimos muchos ciclos, diálogos, charlas, talleres y nos dimos el lujo de invitar a escritores de peso nacional para compartir unas empanadas y un vino en la Casa de Olegario Víctor Andrade.-Además estos grupos no sólo ayudan a pulir la escritura, a corregir vicios, sino fundamentalmente ayudan a escuchar, a apreciar…
-Tal cual. Escribiendo y compartiendo esas producciones nunca dejamos de ser lectores. Y estos grupos son muy generosos en ese sentido. Participar en estos grupos, como en Gente de Letras, es participar disfrutando lo que hace el otro y no solamente limitarse a los aportes personales. Por eso se pudo crear la revista Gente de Letras y que ha marcado un hito en el movimiento cultural en la ciudad. Y así se va expandiendo, porque alguien dejó esa revista en la Biblioteca Nacional de Israel, cuando viajé a Cuba la dejé en esa isla y son como siembras que terminan siempre en buenas cosechas.-¿Cómo convive el escritor con su profesión de médico?
-Si bien son cuestiones diferentes, se alimentan mutuamente. De alguna manera con el ejercicio de la medicina llego al cuerpo y con la literatura llego al alma o intento ese tránsito. Siempre cito a un grande de la Medicina que se llama (Rudolf) Virchow, que es considerado el padre de la Patología, que sostenía que la medicina no era una Ciencia Biológica sino Social y adhiero plenamente a ese concepto. Nunca debemos olvidarnos que el paciente es una persona que es un sujeto social que vive en un entorno cultural, económico, histórico, político que también lo define y uno no puede olvidarse de ese contexto. Somos hijos de la cultura.-En su escritura hay temas recurrentes como la pobreza, la marginalidad…
-Es cierto, la mayoría de mis personajes tienen rasgos marginales. Me anticipo a un prejuicio generalizado en la sociedad y aclaro que no debe confundirse marginalidad con delincuencia, que son dos conceptos diferentes. Los personajes muchas veces los alimento o los creo a partir de ciertos rasgos que descubro de personas que he conocido en la realidad. Siempre la vida es inspiradora. Es más, lo más insignificante muchas veces se convierte en algo trascendental y cambia el mundo. Básicamente trato de escribir, como decía Mempo Giardinelli, para que no me explote adentro lo que tengo. Y siento que tengo la necesidad y la obligación de escribirlo, pero fundamentalmente de compartirlo. Sino se comparte queda circunscripto a un acto onanista y eso no es arte. Compartir es un momento clave de toda expresión artística. La escritura es un acto en soledad, pero se hace colectivo con la lectura. Y el arte es eso: compartir las percepciones.

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Hoy la tecnología facilita mucho el acto de compartir una producción artística, tal vez como nunca antes en la historia de la humanidad. Sin embargo, el mercado es hoy por hoy más cruel que nunca y muchas veces limita esas posibilidades acceso.
-La mercantilización de la vida es el peor de los pecados artísticos. Se sabe que las editoriales quieren vender lo que les deja ganancias y nos hacen creer que sólo esos libros son los que se deben leer. Es un gran error. Por eso hay que valorar los espacios culturales que generan los grupos artísticos, justamente porque se esfuerzan para que el arte llegue a todo el mundo y que su acceso sea democrático..¿Qué más descubrió en Gualeguaychú?
-El río. La identificación fue increíble pero también instantánea. No tengo imágenes de mi infancia frente al río pescando mojarritas; pero la tengo de grande gracias a esta ciudad y la obtuve gracias a mis hijos. Soy médico y por formación tengo esperanzas. Convivo en la terapia intensiva y sé y conozco el valor de la esperanza. Lo digo porque hoy el río está clamando por esperanzas.

CASA DE LA CULTURA 25 de mayo 734 Sábado 1° septiembre a las 20 presentación de los libros ganadores del Certamen Literario Gualeguaychú 2007 "Luis Manuel Portela": "Alta Infidelidad" de Jorge Landó, "Souvenir del Infierno" de Luis Castillo y "En Saco Ajeno" de Carlos Costa.


Gualeguaychú: se presentará el nuevo libro de Héctor Luis Castillo

Gualeguaychú: se presentará el nuevo libro de Héctor Luis Castillo.

Esta noche desde las 21.30, en la Biblioteca Sarmiento de la ciudad de Gualeguaychú, el escritor Héctor Luís Castillo presentará su nuevo trabajo literario. Se trata una novela en la que se cuenta que "un golpe de estado y el inicio de una peregrinación constituyen el punto de partida de una historia sencilla en apariencia pero profunda en su complejidad, que ensambla el nivel discursivo ético, político, sociológico y sobre todo, humanizante, y donde el horizonte siempre brilla para los esperanzados", expresó el autor.
"El viaje de los personajes, en medio de un país de ideas mutiladas es el pretexto del autor para realizar un inquietante retrato social. Una novela apasionante. Una sátira de la condición humana".
En el marco de la velada Castillo estará acompañado por Susana Lizzi y Darío Carrazza, quienes pondrán en tema a los asistentes. En la presentación estarán como músicos invitados Nene Bredle, Néstor Díaz y David Fernández.
La cita es este viernes a las 21.30, en la Biblioteca Sarmiento, sita en Calle San Martín esquina Alberdi.


Diario El Argentino. Gualeguaychú.

Arte&Cultura
12/12/10 |El viernes a la noche, Luis Castillo presentó su tercer libro, esta vez una novela. Con el apoyo de su familia, reunida para acompañarlo y de sus amigos Susana Lizzi, Claudia Figueroa, Daniel Fernández, Eduardo Goncebat y Nene Bredle, Castillo compartió su trabajo y el anuncio de la edición del trabajo en el sistema Braille.
Un poco antes de la presentación de “Cuatro putas peregrinas”, EL ARGENTINO y Castillo conversaron y entonces el autor (que ya tiene editados un primer libro de poesías, al que le siguió un cuento y ahora, con esta novela, incursiona en una nueva etapa), dijo “así como me siento cómodo en el cuento, la novela te permite trabajar más los personajes, las situaciones y las emociones, para extenderte cuando vale la pena”.
El contexto socio político donde sitúa la novela es duro, tanto como el ámbito propio de las protagonistas y a partir de un hecho que marcó la vida de los argentinos comienza la construcción del relato del que Antonio Dalmasetto consideró “atrapa de entrada con placer e interés. Los personajes resultan interesantes y creíbles. Una mención para el ritmo, que se mantiene y nunca se demora en lagunas innecesarias. Y otra para la agilidad y justeza de la prosa”.
Para decidirse por el título, Castillo dijo “tomé a Pedro Luis Barcia, que dice que las palabras se usan tan mal, con tanta repetición, que comienzan a perder su propio sentido. En este caso, la que describe la situación terrible de una mujer, de su condición que disfrazamos con eufemismos para no decir lo que es”.
“Son historias terribles que cuento intentando desmitificar algunas cosas y poner sobre la mesa otras, para lo que debí apelar al humor de manera que no nos pongamos a llorar en la tercera página y abandonemos la lectura”, agregó aludiendo a los distintos personajes.
La consigna con la que trabajó, nos dijo, “es que te cueste dejar de leerlo” y de los avances compartidos en la presentación, se desprende que lo logra.
“Es la primera novela entrerriana que se publica en simultáneo en el sistema Braille de lecto escritura”, señaló recordando que ya se anunció la iniciativa para que el premio Fray Mocho comience a editarse de esta forma a partir de 2011 “para dejar de hablar de inclusión y empezar a hacer para que esto se concrete. Mi intención es que la literatura entrerriana empiece a difundirse entre un público que de otra manera no podría tener acceso, y esto les va a hacer bien a todos”.
Este “a todos” incluye también el esfuerzo de Claudia Figueroa, que cantó expresándose al mismo tiempo con lengua de señas, lo que no pasó desapercibido.
La presentación estuvo a cargo de Susana Lizzi, de trayectoria y capacidad reconocidas, las que volvió a demostrar al desmenuzar el trabajo en forma amena, abriendo esa ventana no siempre explorada cuando uno es simplemente un lector.
La noche fue, como se propuso el autor, un encuentro de amigos. Y como dijo, “eso
que llamamos azar” hizo posibles las coincidencias, porque sucedió el viernes 10, Día internacional de los derechos humanos y de la recuperación formal de la democracia y la novela arranca el 24 de marzo de 1976.
Como si lo necesitara, aclaró “las historias que se cuentan son terribles, pero el humor nos salva. Es el bálsamo que nos permite enfrentar situaciones terribles”.
Castillo agradeció después a Pablo Recchia, de la Fundación INCLUIR, que gestionó la publicación en sistema de lectoescritura Braille y se puso en contacto con la Biblioteca Argentina para Ciegos, la que en adelante ofrecerá trabajos de autores entrerrianos contemporáneos. También al diputado provincial Jaime Benedetti, autor del proyecto que impulsa la edición en Braille del Premio Fray Mocho, a Roberto Romani, responsable del área de cultura de la provincia que apoya la iniciativa y a Olga Lonardi, también interesada en hacer lo mismo con el Premio Municipal de poesía.
Cuando dijo esto, Susana Lizzi se enteró que quizá el primer libro de esta serie sea el suyo, “Los dados de la noche”, que mereció el Premio Literario Municipal en el género Poesía.
“Esta es un patada que pegamos y espero que llegue muy lejos”, se esperanzó Luis Castillo resumiendo la síntesis de tantas ganas compartidas, para terminar invitando a una copa porque estaba claro: esa noche había mucho para celebrar.
 
 Diario Popular acerca del lanzamiento del disco Proyección
La joven cantante Josefina Rozenwasser acaba de lanzar su primer CD Proyección, una exquisita propuesta en la que hace especial hincapié en la interpretación, con un repertorio -escaso- que lo integran algunos tangos tradicionales, como también expresiones contemporáneas del género como Tango a Gualeguaychú, un tema en el que Rozenwasser aporta toda su frescura, en el marco de una estética renovadora para el tango contemporáneo. Sin duda que la cantante tiene una visión más amplia del tango y expone todas sus influencias en una propuesta llena de matices musicales. La acompañan Matías Albamonte en guitarra; Alejandro Abbonizio en contrabajo; Agustín Uriburu en cello, y los músicos invitados Adolfo Trepania en bandoneón; Patricio Crom en guitarra; María Florencia Prieto en violín; Juan Ignacio Esteguy en piano; y todos bajo la dirección de Néstor Díaz, quien aportó los arreglos y la guitarra.